Ser calmado, paciente y empático. Nuestros pacientes llegan con miedo en la mayoría de los casos debemos saber transmitirles tranquilidad para afrontar sus miedos, paciencia tanto para afrontar las complicaciones como para llegar a los resultados y cercanía para que nos puedan confiar sus inquietudes y miedos en todo momento.

Que el paciente deje de verme como alguien horrible y que va a hacerles mucho daño y pase a considerarme alguien que está para ayudarle. En cirugía entran todos con mucho miedo y siempre hay una primera barrera, el miedo al dolor, que los profesionales debemos derribar nada más comenzar.

Es difícil elegir uno, me siento especialmente orgullosa cada vez que les veo vencer el miedo. El primer día muchos pacientes se ponen de los nervios antes de que haya cogido el espejo, me gusta ver que cuando vuelven entran tranquilos y con una sonrisa.

Me gusta pasarlo con mi familia, especialmente con mis hijas que tienen soluciones para todo y, con sus ideas, me hacen ver que los adultos nos complicamos la vida de manera innecesaria.